Características y cultivo de suculentas Kalanchoe marnieriana

Aunque bastante populares y resistentes, se sabe que las plantas suculentas pertenecientes al género Kalanchoe tienen predilección por ambientes con luz más intensa, preferiblemente luz solar directa. En este sentido, no es muy común encontrarlos en cultivo dentro de casas y apartamentos.

Marnierian Kalanchoe, además de ser bastante ornamental y delicado, es una de las pocas especies de Kalanchoe que no se seca demasiado cuando se cultiva en ambientes sombreados, adaptándose bien a la vida de interior.

Esta es una suculenta vertical, que puede ser relativamente alta. Kalanchoe marnieriana tiene un desarrollo muy acelerado, formando grumos densos en poco tiempo.

Su aspecto vegetativo es similar al de la especie Kalanchoe fedtschenkoi, conocida popularmente como Phantom Kalanchoe. El sobrenombre se debe a la capa de polinosidad que recubre sus suculentas hojas, en un tono azulado pálido.

Es una sustancia cerosa cuya apariencia se asemeja a un polvo fino translúcido, lo que le da a la planta un aspecto polvoriento. Kalanchoe marnieriana también tiene este acabado contaminado en sus hojas, que son redondeadas, dispuestas en pares, con una tonalidad pastel que varía entre el verde y el azulado.

Lo más destacado son los bordes rojizos y contrastantes, que son evidentes cuando la planta se cultiva en ambientes bien iluminados.

A medida que envejece el marnieriano Kalanchoe, sus tallos se vuelven cada vez más lignificados. Las porciones más jóvenes, en fase de crecimiento, son verdes y suaves. Otra característica típica de esta especie es la aparición de raíces aéreas a lo largo de todo el tallo. Además, es normal que las hojas más cercanas a la base se pongan amarillas, se sequen y se caigan.

Siempre que el Kalanchoe marnieriano sea demasiado alto, con los tallos medio hacia abajo, podemos hacer una poda para ajustar su altura. Simplemente corte los extremos y entiérrelos en el suelo, estos esquejes se arraigan rápidamente y forman nuevas plántulas.

Los tallos restantes también emiten nuevos brotes, continuando el crecimiento de las suculentas, de tal forma que tenemos un macizo cada vez más denso cuando realizamos este procedimiento con regularidad.

Aquí en Brasil, Kalanchoe marnieriana no tiene un apodo muy conocido. En el extranjero, se llama Kalanchoe de Marnier o Kalanchoe de Marnier. Como muchas especies del género, se origina en la isla de Madagascar.

Kalanchoe marnieriana es parte de la gran familia botánica de plantas suculentas Crassulaceae , conocida por sus representantes altamente cultivadas y apreciadas como plantas ornamentales.

Pertenecen a esta familia las populares suculentas conocidas como rosas de piedra, predominantemente pertenecientes al género Echeveria.

Es una planta muy resistente y fácil de cultivar. Por su origen disfruta de un suelo más arenoso, aireado y con buen drenaje. Existen mezclas adecuadas para el cultivo de cactus y plantas suculentas, ideales para Kalanchoe marnieriana.

Alternativamente, puede plantarlo en una mezcla de suelo preparada, que también se puede comprar en tiendas especializadas, con una porción equivalente de arena gruesa. El fondo del recipiente debe tener agujeros y una capa de drenaje, que se puede ensamblar con fragmentos de teja, arcilla expandida o grava.

Como cualquier planta suculenta, Kalanchoe marnieriana odia el suelo empapado durante mucho tiempo. Por este motivo, siempre se recomienda evitar el uso de un plato pequeño debajo del jarrón, que acumula agua del riego, y también puede ser un caldo de cultivo para el mosquito del dengue.

Los riegos deben estar bien espaciados, para que el sustrato se seque por completo, entre un riego y otro. Una forma muy sencilla de saber cuándo es el momento de regar es colocar la yema del dedo en la tierra, hundiéndola ligeramente.

Si está húmedo, el riego debe posponerse para otra fecha. El peso de la maceta también es un excelente indicador del nivel de humedad del suelo. Cuanto más ligero es, más seca está la tierra en su interior. O riegue cuando vea que el color del suelo es más claro, lo que significa que el material está más seco.

La maceta para el cultivo de Kalanchoe marnieriana puede ser de arcilla o plástico, sin mayores problemas. Es importante recordar que la maceta de barro se seca más rápido, ya que es más porosa.

El plástico tiende a retener la humedad del suelo por más tiempo, lo que puede ser práctico para quienes cultivan suculentas en ambientes muy secos o donde hace mucho viento. Lo ideal es ajustar la frecuencia de riego según el material del recipiente.

Como planta originaria de regiones áridas, la suculenta Kalanchoe marnieriana no necesita una fertilización muy elaborada para desarrollarse y florecer. Cuando se cultiva en interior, la luz no siempre es suficiente para favorecer la aparición de flores.

Por ello, cualquier fórmula de mantenimiento, del tipo NPK, es suficiente para el cultivo de esta suculenta. Tampoco es necesario utilizar fertilizantes orgánicos, ya que el suelo en su hábitat original es más arenoso y pobre en nutrientes.

La propagación de Kalanchoe marnieriana es bastante rápida y tranquila. Se pueden obtener nuevas plántulas dividiendo los grupos. Además, esta suculenta también se multiplica fácilmente por esquejes.

Su principal ventaja, en comparación con otras especies de Kalanchoe, es que sus tallos no están demasiado etiolados cuando la planta se cultiva en interior.

La etiolación se caracteriza por un crecimiento acelerado de la suculenta, que se vuelve delgada y larga, en busca de mayor luminosidad.

En el caso de Kalanchoe marnieriana, aunque su tamaño es más compacto y sus hojas más coloridas, a pleno sol, va muy bien dentro de casas y departamentos, siendo una excelente opción para realzar nuestros jardines.

Deja un comentario