Cómo cultivar arándanos

Los arándanos son los frutos del Vaccinium, un género que pertenece a la familia de las Ericáceas, que incluye algunas variedades de arbustos, principalmente pequeños o rastreros.

En general, se distingue entre el arándano rojo , que da frutos en pleno verano y tiene pequeñas hojas ovaladas y frutos azules muy sabrosos, y el arándano rojo que produce pequeñas flores blancas rosadas reunidas en racimos y frutos rojo amargos.

Si vives en zonas de clima templado, pero donde los inviernos son lo suficientemente fríos como para dar lugar a heladas nocturnas, puedes decidir cultivar arándanos siempre que elijas la variedad adecuada ; sólo tienes que ir a cualquier centro de jardinería para descubrir los distintos tipos que hay en el mercado.

La condición más importante para que el cultivo de la planta de arándano tenga éxito es la acidez del suelo , que debe tener un pH de 4-5; si el suelo del jardín es alcalino se puede intervenir aumentando la acidez, de lo contrario la planta no dará frutos y lo más probable es que no pueda echar raíces.

Para aumentar la acidez del suelo podemos utilizar materia orgánica en el caso de suelos sueltos, si es un suelo arcilloso y compacto se recomienda añadir azufre, hierro o un fertilizante específico.

Durante el primer año de vida la planta necesita abundantes riegos, pero éstos deben ser siempre medidos de tal manera que el suelo nunca esté empapado ; para facilitar la creación de esta condición es aconsejable prever el uso de un suelo bien drenado , que se puede obtener simplemente añadiendo una parte de arena o grava al suelo de partida.

Durante los dos o tres primeros años, es conveniente retirar las flores que aparecen al final del invierno o al principio de la primavera, para que la planta pueda concentrar sus energías en la formación de un buen sistema radicular ; por la misma razón será necesario podar las ramas dañadas y secas.

La primavera y el otoño son las estaciones en las que será necesario fertilizar los arándanos con buena materia orgánica o con fertilizantes específicos; además, en estos períodos del año se recomienda renovar el mantillo.

El mantillo es esencial para mantener las raíces protegidas del frío invernal y para controlar la evaporación del agua ; además su descomposición ayuda a mantener la acidez del suelo.

Cuando las bayas empiecen a colorear, será el momento de protegerlas con una red de malla ajustada para evitar que las aves se las coman.

Por último, como la planta de arándano es de polinización cruzada, si queremos estar seguros de que da frutos es imprescindible plantar al menos tres ejemplares de la misma variedad.

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