Aceite esencial de lavanda

Aceite esencial de lavanda: notas históricas

La lavanda es una planta originaria del sur y oeste de Europa, que en el pasado fue ampliamente utilizada por sus extensas propiedades curativas y antisépticas. Los romanos, por ejemplo, lo usaban a diario para limpiar y perfumar las aguas de sus baños, para crear infusiones de belleza para la piel y el cabello, o para formar racimos decorativos con las flores de esta planta. Sin embargo, con el paso del tiempo, la fama de la lavanda ha ido disminuyendo cada vez más, hasta que, en 1928, el químico francés Renè Maurice Gattefossé descubrió accidentalmente sus propiedades curativas tras una quemadura. Desde entonces, gracias a la nueva práctica introducida por el médico, el aceite esencial de lavanda ha experimentado un gran redescubrimiento y todavía se utiliza hoy en día con fines terapéuticos.

Aceite esencial de lavanda: propiedades


Como ya se mencionó anteriormente, el aceite esencial de lavanda es un excelente aliado en caso de dolores de cabeza, insomnio, cistitis y dolor menstrual. Sin embargo, son absolutamente notables también sus propiedades sedantes capaces de calmar la ansiedad, el estrés, la agitación y el nerviosismo; así como sus fuertes capacidades antisépticas, antibacterianas y antiespasmódicas. Gracias a ellos, de hecho, este aceite puede aliviar dolencias como tos, gripe, dolor de garganta, inflamación del tracto urinario y espasmos abdominales; y también puede acelerar significativamente el proceso de curación de la piel en caso de quemaduras. Finalmente, sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas también pueden ser de especial utilidad, que ayudan en presencia de reumatismo, distensiones musculares y estancamiento linfático.

Aceite esencial de lavanda: contraindicaciones


El aceite esencial de lavanda es universalmente considerado un producto seguro, ya que no presenta ningún tipo de contraindicaciones. Debe recordarse, sin embargo, que en casos de hipersensibilidad a uno de los componentes del aceite, sería recomendable buscar el consejo de su médico de cabecera antes de proceder con la ingesta. Estos, de hecho, también podrán indicarte las dosis más adecuadas para ti, ya que las cantidades varían según el sexo y la edad. En cuanto a los efectos secundarios, entonces, si se usa en exceso, el aceite esencial de lavanda puede causar eczema y dermatitis cutánea; mientras que, si se ingiere por vía oral, incluso puede provocar la muerte por convulsiones. Cabe señalar, de hecho, que el extracto de lavanda solo se puede utilizar para usos externos y nunca internos.

Aceite esencial de lavanda: aceite esencial de lavanda: los usos


El aceite esencial de lavanda se presta a múltiples usos: para aliviar los trastornos de la cabeza o del sistema nervioso, masajear las sienes, el cuello y las muñecas con 2 gotas de aceite; para restaurar el bienestar mental, agregue 4 o 5 gotas al ambientador. Para crear un polvo que ayude a curar heridas, mezcle 5 gotas de aceite con 50 gramos de arcilla blanca; para quemaduras y picaduras de insectos, por otro lado, aplique una sola gota en la zona afectada. En caso de calambres, dolor abdominal o cólicos renales, masajee el abdomen con 1-2 gotas de lavanda; para áreas más grandes afectadas por reumatismo y desgarros musculares, haga una mezcla que consta de 20 gotas de aceite esencial de lavanda y 50 ml de un aceite base como jojoba o aceite de almendras.

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