¡Bonsái, el riego lo hace (casi) todo!

Debido a que el agua es el principal alimento de un bonsái, la salud y la belleza del árbol depende de la calidad del riego. Algunos consejos para asegurarse de no cometer un error y para cultivar su bonsái con éxito.

Regar un árbol de bonsái requiere mucha atención ya que el agua es el principal nutriente que el árbol necesita para vivir. Tengan siempre presente que si se riega demasiado, se muere y si no se riega lo suficiente, ¡también se muere! De hecho, las raíces de un árbol de bonsái son frágiles. Demasiada agua hace que se pudran. No hay suficiente agua para secarlos. Más que una frecuencia teórica debidamente indicada en las hojas de datos, el riego debe hacerse principalmente observando las necesidades del árbol. El equilibrio es delicado ya que en muchos casos, un cepellón mantenido húmedo todo el año tendrá el efecto contrario al deseado: ¡las raíces que se bañan constantemente se pudren!

Para dar todas las posibilidades de supervivencia a un bonsái, es por lo tanto necesario instalarlo en un sustrato drenante. Así pues, el suelo debe ser desterrado ya que tiene el gran inconveniente de secarse muy rápidamente y volverse impermeable o, por el contrario, de retener demasiada humedad y pudrir las raíces. ¡Siempre hay que tener en cuenta que es más fácil salvar un árbol que tiene sed que salvar un árbol que ha sido regado demasiado!

El sustrato más adecuado es sin duda una mezcla de akadama, puzolana, piedra pómez (pumice) y arena gruesa.

Atención: ¡Los suelos para macetas «especiales para bonsáis» disponibles en el mercado no son adecuados para el cultivo de bonsáis!

El riego de un bonsái se realiza tradicionalmente cuando el suelo se ha secado un poco en pequeñas cantidades, utilizando la técnica del «basculamiento». Esta técnica consiste en regar con lluvia fina desde la parte superior de la planta. El agua debe correr sobre las hojas para lavarlas y eliminar las plagas (principalmente ácaros). Si el riego se hace con agua del grifo, se recomienda decantarla durante unas horas para favorecer la eliminación del cloro.

En caso de deshidratación grave, se utiliza otra técnica. Consiste en sumergir la olla en una cubeta de agua hasta que el borde exterior esté a ras. Cuando el agua sube naturalmente en la olla, el bonsái puede ser retirado del baño y drenado.

Nota importante : en caso de salida de vacaciones es imperativo confiarlo a una persona de confianza o en su defecto llevarlo consigo. Si permanece sin regar durante varios días en verano, a su regreso es muy probable que haya renunciado al alma.

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