Trabajar en el jardín en invierno

Cómo cuidar el jardín en invierno.

Para los amantes de la jardinería, los meses de invierno son los más tranquilos. Los días fríos y lluviosos son frecuentes y nos obligan a pasar mucho tiempo en interiores: hagámoslos productivos haciéndoles el momento de diseñar nuevas áreas o estudiar la inserción de elementos individuales de plantas. Entonces podemos dedicarnos a leer libros y examinar detenidamente los sitios y catálogos de plantas y semillas.

Por otro lado, los hermosos días estarán reservados para los trabajos preparatorios de la nueva añada y para la provisión de protección del frío para plantas, estructuras y sistemas.

Limpieza y prevención


Al comienzo del invierno es importante dedicarse a limpiar el suelo de hojas muertas. Este mantenimiento es especialmente importante en el césped: de hecho, la capa puede asfixiar el césped y provocar un adelgazamiento severo. Además, la persistencia de la humedad en el suelo puede favorecer la aparición de criptogamas.

En macizos de flores o entre bordes, la situación es diferente: se recomienda su eliminación completa solo si en el año anterior las patologías tuvieron un fuerte impacto o en casos particulares (por ejemplo, al pie de rosas). Al final de la cosecha recomendamos un tratamiento con mezcla de Burdeos, en la madera y en el suelo circundante. Si la cochinilla es frecuente en nuestro jardín podemos, en pleno invierno, rociarla con aceite mineral, quizás asistido por una sustancia activa contra las fases invernales.

Fertilización y protección en campo abierto.

Tras la fase de limpieza, pasamos a proteger las plantas del frío y enriquecer el suelo. Para mejorar su estructura y vitalidad, es bueno distribuir una gran cantidad de acondicionador de suelo orgánico (harina de estiércol, pellets, maíz o compost). Debemos crear una capa de al menos 2 cm, cubriendo posiblemente toda el área ocupada por el dosel: la lluvia y las heladas romperán el producto y la lluvia comenzará a penetrarlo profundamente.

Luego podemos pasar a la capa protectora: es aconsejable crear un mantillo espeso con hojas sanas, paja, heno o, alternativamente, trozos de hierba seca. Es muy importante tapar con cuidado el cuello de las plantas más sensibles, sobre todo si nuestra zona está sujeta a heladas prolongadas y vientos fuertes.

Protección de las plantas más delicadas


Todos tenemos plantas sensibles en el jardín. Suelen ser menos rústicos por naturaleza o jóvenes, recién plantados. Si están en el suelo, en primer lugar podemos cubrir la base creando un montículo con tierra y mantillo vegetal. En cambio, la parte aérea se puede cubrir con telas especiales, utilizadas en una o varias capas.

Las plantas sensibles en macetas, dependiendo de su rusticidad, se pueden colocar en un invernadero frío o cálido (o en el interior, en una habitación poco climatizada pero luminosa). Los geranios y surfinias deben podarse severamente y colocarse en un lugar fresco y sombreado, suspendiendo el riego.

Para los jarrones que se dejan afuera, el mayor peligro es la congelación total del pan de barro: evitámoslo aislando los terrones con gomaespuma o metiéndolos en una caja grande llena de arena.

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