La carretilla

La carretilla común

Empecemos por un clásico: la carretilla normal, que vemos por todas partes y en obras comunes de jardinería. Tiene una rueda principal o en ocasiones dos ruedas a cada lado, favorece el empuje del operador gracias a dos manijas que continúan convirtiéndose en los ejes en conexión con el eje de la rueda. Para asegurar su verticalidad dispone de dos soportes metálicos, sobre los que se estabiliza cuando está parado, mientras que para acomodar las cargas se equipa de la denominada caja, en acero o plástico reforzado según el modelo, en todo caso en materiales aptos para soportar las condiciones climáticas en caso de que dejemos la carretilla expuesta. A diferencia de las versiones más sofisticadas, comprar un producto básico como este no implica un gasto enorme, de hecho el precio es muy asequible y no es difícil encontrarlo.

Carretillas plegables


¿Tiene un garaje tan lleno que apenas puede pasar, o solo necesita hacer pequeñas tareas de jardinería? Hay algo que es adecuado para usted: la carretilla plegable. Obviamente es un producto completamente diferente, en el sentido de que no podemos pensar en usarlo para cargas pesadas y trabajos pesados; sin embargo, si te dedicas a quehaceres como recoger hojas, ramitas o malas hierbas molestas no hay nada que decir: ¡la herramienta te deja satisfecho! Desde el punto de vista estructural es un esqueleto de metal, con asas cómodas para sujetar, que mantiene abierta una simple bolsa de lona, ​​muchas veces provista de varios bolsillos para herramientas u otros. Gracias a su ligereza y practicidad, si quieres también puedes cargarlo en el coche y, por qué no, ¡utilizarlo para recoger castañas!

Carretillas con orugas


Como su nombre lo indica, este tipo de carretillas avanzan rodando sobre sus orugas, con una facilidad para enfrentarse incluso a terrenos accidentados similar al de la maquinaria agrícola. Son productos que entran en la categoría del párrafo siguiente, ya que están equipados con un motor eléctrico o de gasolina, pero son de menor interés para la jardinería común ya que son más específicos para trabajos en obras de construcción, donde el barro, la nieve o las carreteras en mal estado. se encuentran a menudo. La carga permitida en algunos casos alcanza incluso los 800 kilos gracias al gran cuerpo basculante, generalmente de acero. En casos extremos, puede resultar útil la presencia frecuente de una plataforma en la que el trabajador pueda permanecer mientras conduce la carretilla, evitando así colocar los pies en lugares peligrosos o desagradables.

Carretillas motorizadas


Directamente desde el «apartado de novedades», se han introducido las carretillas motorizadas para facilitar aún más el trabajo, mediante la integración de un motor eléctrico o de gasolina, que hace que se muevan sin necesidad de empujar; algunos incluso son silenciosos, con pocas dificultades de mantenimiento y fáciles de maniobrar incluso en terrenos empinados o irregulares. Normalmente estas carretillas pueden soportar una carga de 300 a 500 kilos. Encontramos modelos que permiten volcar manualmente la carrocería mediante una palanca, o incluso otros que tienen un gatillo para desactivar el motor y utilizar la carretilla de forma tradicional. A menudo en carretillas con motor eléctrico es posible comprobar el estado de la batería, mostrado visiblemente, además estos motores no dan contaminación química y por tanto son ecológicos.

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