Bonsái, el arte de la poda

Un árbol miniatura perfectamente estructurado se obtiene esculpiéndolo regularmente con una determinada poda de las hojas y las raíces. ¡Este gesto es la esencia del arte del bonsái!

Además de la clásica poda de mantenimiento de todos los árboles, el arte de empequeñecer un árbol de bonsái se basa en dos tamaños distintos.

El tamaño de las hojas

Para obtener un bonsái con hojas pequeñas, el jardinero debe podar las hojas repetidamente a lo largo de los años. Por lo general, esta poda no se hace durante el período de descanso para evitar que las hojas se agranden y la distancia entre los nudos se alargue. Por lo tanto, la poda se lleva a cabo en la mitad del período de crecimiento y consiste en cortar la hoja ¾ con un cincel para mantener sólo el peciolo y el principio de la hoja. Cuando las hojas vuelvan a crecer, automáticamente serán más pequeñas y tendrán los entrenudos más espaciados.

Además de la poda de las hojas, es posible realizar una defoliación completa o parcial del árbol para engrosar las ramas. Como esta práctica es una dura prueba para el árbol, es aconsejable espaciarla en el tiempo (cada 2 o 3 años).

Tamaño de la raíz

Sabiendo que un bonsái debe limitarse a una pequeña maceta, es imperativo proceder con bastante regularidad a la poda de sus raíces. La frecuencia de esta poda temida por los principiantes depende de varios factores (especie, tamaño de la maceta y entorno del árbol). Por regla general, se debe considerar la poda cuando el árbol muestra signos de decadencia o cuando comienza a levantarse de su maceta. Tenga en cuenta que la poda de las raíces debilita a la planta ya que limita su capacidad para encontrar el agua y los nutrientes que necesita para crecer en el suelo. Por lo tanto, sólo debe llevarse a cabo cuando la planta está en plena salud o el bonsái puede morir.

Para reducir al mínimo el estrés generado, la poda de las raíces debe realizarse preferentemente a finales de otoño y principios de primavera. La poda es muy simple: la planta se retira de su maceta. Las raíces se «desenredan» cuidadosamente, preferiblemente con un gancho. Cuando las raíces están expuestas, la poda favorece a las raíces grandes y deja las raíces en su lugar, que son más eficientes en la absorción de agua. Atención: la estructuración de un bonsái requiere paciencia. Si ha elegido una maceta que es decididamente demasiado pequeña para acomodar las raíces de su árbol, es mejor ser paciente y repetir la operación varios años seguidos para albergar las raíces en la maceta elegida! Una vez replantado, el primer riego debe saturar y enjuagar el suelo para asegurar una recuperación exitosa.

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