Cómo plantar apio en el jardín

Plantar apio o apio en su propio huerto puede ser una gran manera de tener en su mesa una de las verduras más valiosas, aromáticas y bajas en calorías cultivadas por usted. El apio es uno de los alimentos más conocidos en las cocinas mediterráneas y esto se debe a la singularidad de sus principales sabores. Aprende a cultivar apio en tu jardín.

Tipos de apio

El apio pertenece a la especie herbácea que tiene un sistema de raíces muy ramificado, con raíces fuertes y fibrosas. Para plantar apio en tu huerto, necesitas conocer los diferentes tipos que hay en el mercado. Hay aproximadamente 30 variedades diferentes de apio y todas ellas con los mismos principios nutricionales. En este sentido, la producción de apio se divide en dos grandes grupos:

Apio cultivado o vegetal: es una planta que no es muy larga, tiene tallos claros y hojas verde oscuro. Se distingue de los demás por su capacidad de conservación, ya que puede durar muchos días en condiciones óptimas de uso. Para que el apio cultivado o la verdura tenga siempre un buen aspecto, después de cosecharlo hay que meterlo en el frigorífico y envolverlo en un paño húmedo.

Hojas y tallos de apio: este tipo de apio comprende muchas variedades, por ejemplo, el apio dorado, blanco, verde, el apio de cabeza, el nabo, el rábano picante o el rojo. Son apio de tamaño medio con hojas. Estos, a su vez, deben ser consumidos en dos semanas, de lo contrario pierden todo su sabor.

El mejor clima para el cultivo de apio

El apio, originario de Europa, es una hortaliza que se cultiva ampliamente en los países de clima templado. Es una planta que no necesita mucha luz y puede soportar temperaturas entre 5 y 30 grados centígrados. Las fuertes heladas pueden derribar y estropear una plantación y, como tal, debe ser bien protegida. El apio es una planta con un ciclo de cultivo anual que puede cultivarse durante las estaciones de invierno y primavera y su cosecha comienza 150 a 180 días después de la siembra. Cabe señalar que la maduración del apio en los meses más fríos hace que su sabor sea más dulce y aromático.

Preparación de la tierra

El apio, al igual que los tomates, los espárragos y otras verduras, necesita un suelo rico en nutrientes y, como tal, su suelo necesita un buen drenaje, un pH entre 5,8 y 6,7 y una humedad constante. Estos son los tres requisitos principales que ayudan al cultivo del apio y al perfecto desarrollo de su tallo. Según el lugar donde se encuentre su jardín, y lo que produzca los mejores resultados en el cultivo del apio, hay un método de plantación específico. Esto es todo:

Preparar una zanja: abrir una zanja de aproximadamente 45 centímetros de profundidad y ancho. Llénelo por la mitad con fertilizante, preferiblemente orgánico, para que el suelo sea lo más fértil posible.

Enriquecer el suelo: Ponga un poco de piedra caliza o yeso en el suelo, porque el apio necesita calcio, lo que hará que el suelo sea más rico en nutrientes.

Deja que el suelo descanse: el suelo necesita descansar durante un período máximo de dos semanas y sólo después de este tiempo se debe plantar apio.

Planta las semillas de apio: Al plantar semillas de apio hay que cubrirlas con raíces de plantas con tierra y estiércol o paja. Este paso es esencial para mantener la humedad y el crecimiento constante, especialmente en los días más calurosos.

La plantación de apio

El apio, como el brócoli, puede comprarse en paquetes o en la unidad y para saber si está en buenas condiciones, primero hay que comprobar su color. Cuando el apio está fresco, sus hojas están abiertas de par en par y tienen un fuerte y brillante color verde. Por lo tanto, para que tu apio esté siempre fresco debes dejarlo crecer por un período máximo de 5 meses y seguir los siguientes pasos:

Utiliza semillas de apio de 2-3 años de edad: los resultados serán más satisfactorios cuando se utilicen semillas más antiguas. Por otro lado, su uso previene la aparición de plagas y enfermedades en las plantas.

Planta las semillas de apio en una bandeja: las semillas pequeñas se plantan mejor en la superficie de una bandeja o en una maceta, ya que esto hace que su cultivo sea más fácil de cultivar. Después sólo tienes que añadir un poco de arena o tierra de tu jardín.

Mantener las semillas húmedas: las semillas deben permanecer húmedas por un período promedio de tres semanas para que puedan estallar naturalmente y florecer plenamente.

El cultivo y el crecimiento orgánico del apio

Como el apio comercial tiene uno de los mayores residuos de pulverización, es aconsejable que el cultivo del apio y su crecimiento sean orgánicos. Para que esto sea posible, es necesario cumplir con los siguientes aspectos:

Transplantar las semillas de apio: las semillas de apio deben ser trasladadas a un lugar de su jardín con un dedo de altura y deben estar separadas a una distancia de 30 centímetros. Esta distancia permite que el apio tenga suficiente espacio para crecer y ayuda a controlar la aparición de malas hierbas.

Regar la tierra constantemente: debe asegurar que el riego del suelo sea constante y debe mantener intacta la cobertura de las raíces de las plantas hechas de tierra y estiércol o paja. Las semillas de apio deben regarse preferentemente por la mañana y directamente en el suelo en lugar de en las hojas, ya que así se reduce la posibilidad de que aparezcan hongos en el suelo.

Fertilizar las plantas: cada dos o cuatro semanas dar a las plantas comida líquida de algas e incluso un poco de fertilizante para peces o más abono. Esta acción permite a las plantas dar una mayor acidez y suavidad y es uno de los pasos más importantes que se deben dar antes de la cosecha.

Ata el tallo: Para que el apio crezca adecuadamente es necesario atar su tallo. Tan pronto como el tallo sea visible, debe atarse un tercio de su altura. Más tarde, debe atarse a dos tercios y una semana antes de su cosecha debe atarse a la base de las hojas.

La importancia del apio en la alimentación

El apio tiene una enorme importancia en la alimentación y esto se debe a su alto contenido en fibra y porque es una verdura baja en calorías. Es una buena fuente de potasio, hierro, fósforo, magnesio y vitamina A, B y C, que ayuda a reducir la inflamación, la presión arterial, el colesterol y protege contra el cáncer. También es rico en celulosa, una sustancia importante para el buen funcionamiento de los intestinos.

Las hojas de apio son excelentes para dar un sabor especial a las sopas y salsas; los tallos pueden servirse crudos o en ensaladas ya que van muy bien con la lechuga y el pepino. El apio es sin duda un excelente acompañamiento para los platos de carne y se puede servir como entrante porque su sabor estimula y aumenta el apetito.

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