Características y cultivo de Clerodendron rojo (Clerodendrum splendens)

El clorodendro rojo es una especie vegetal del género Clerodendrum de la familia Lamiaceae, originaria de África occidental tropical, perenne, semileñosa, con ramas largas, crecimiento lento a moderado, vigorosa, de hasta 4 m de altura y muy ornamental.

Con flores muy duraderas y de colores brillantes, el clerodendron rojo es una enredadera que no pasa desapercibida en una pared. Aparecen en cualquier época del año, pero principalmente durante el invierno.

En invierno, cuando la mayoría de las flores están inactivas en Brasil, se derrama por la pared, sus ramas salpicadas de puntos rojos muy apreciadas por los colibríes.

Uno de los representantes más bellos de un género con 400 especies repartidas por las regiones tropicales del mundo, el clerodendro rojo tiene flores de una tonalidad más intensa que sus hermanos.

Sus hojas son ovaladas, grandes, dispuestas en pares opuestos, de color verde oscuro y nervaduras bien definidas, de 10-14 cm de largo.

Las ramas más antiguas del Clerodendron se vuelven leñosas e inflexibles, deben guiarse cuando aún son jóvenes con estacas y ataduras.

En jardinería se utiliza apoyado en pérgolas, cenadores, celosías, muros y pórticos; también sin apoyo como planta rastrera.

Es una planta rústica, no requiere fertilización constante y puede crecer incluso en suelos pobres en nutrientes. Le gusta el clima cálido, pero debe mantenerse fresco durante los días más calurosos del verano.

Tolera un invierno suave, siempre que no incluya heladas o vientos fuertes, que pueden causar graves daños a la planta.

A medida que sus ramas más viejas se vuelven leñosas e inflexibles, intente llevarlas a través de una pared o una pared cuando sean jóvenes utilizando alambre, soportes o cuerdas; evite podarlas en exceso, lo que puede causar la muerte.

Cómo

plantar y obtener plántulas de clerodendro rojo En macetas o plantado directamente en el suelo, el clerodendro rojo necesita estar al sol durante la mayor parte del día.

El suelo debe prepararse con una parte de tierra, una parte de arena y dos de abono orgánico: agua cada dos días o cuando note que la superficie del suelo está seca.

Agregue 50 gramos de piedra caliza por hoyo una vez cada seis meses para que la planta crezca con más vigor.

Para quitar las plántulas, basta con cortar el extremo de una rama y dejarla enraizar durante dos semanas en una mezcla de tierra y humus de lombriz a partes iguales.

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