Hibisco

Cómo regar la planta de hibisco

Aunque existen cientos de variedades de hibisco, los métodos de cultivo son bastante similares y su riego requiere pequeñas y sencillas precauciones. El hibisco es originario de las zonas tropicales asiáticas, ambientes con una alta tasa de humedad; por ello, se recomienda el riego diario, especialmente en verano, para asegurar una humedad constante del suelo o del sustrato. Obviamente, es importante no regar en exceso para evitar el estancamiento del agua y posibles daños a las raíces. Es aconsejable vaporizar frecuentemente la vegetación del hibisco y, en el caso de las plantas en maceta, introducir una buena cantidad de grava en el platillo para que la evaporación del agua impregnada pueda recrear un microclima húmedo beneficioso para la planta.

Cómo cultivar correctamente el hibisco


El hibisco es una planta muy adaptable, que se presta tanto al cultivo exterior como interior. Prefiere climas templados y soleados; en invierno, si la planta está en maceta y se coloca en la terraza, conviene trasladarla al interior para evitar la exposición a temperaturas inferiores a los 15 grados. En verano, sin embargo, cuando se vuelve a sacar al exterior, conviene reajustarlo lentamente a una intensa iluminación solar, cuidando al principio de repararlo en zonas sombreadas. El hibisco debe trasplantarse anualmente para satisfacer el crecimiento de la planta y, a partir de los 3-4 años, requiere podas regulares al comienzo de la temporada de primavera, antes del reinicio vegetativo, para eliminar las ramas secas o dañadas. Hay plantas anuales y perennes con frecuencia de floración variable,

Cómo fertilizar la planta de hibisco.


La fertilización del hibisco debe realizarse con mucho cuidado porque la planta es particularmente sensible a las concentraciones de nutrientes en el suelo. La fertilización del hibisco debe practicarse en el período comprendido entre el reinicio vegetativo y el final de la floración, por lo tanto durante la temporada de primavera y verano. Es necesario utilizar fertilizantes que contengan múltiples microelementos como hierro y manganeso, así como macroelementos como potasio, fósforo y sustancias nitrogenadas. Este último debe administrarse en proporciones tales que contengan una menor cantidad de fósforo, cuyo exceso puede causar problemas fitosanitarios, pero en cualquier caso en una medida suficiente para garantizar la floración de la planta. Los fertilizantes se disuelven en agua con la que regar el suelo del hibisco,

Hibisco: Enfermedades del hibisco y posibles remedios.


Las prácticas de cultivo incorrectas son a menudo la principal causa de la enfermedad del hibisco. Riego excesivo, abuso de fertilizantes, temperaturas demasiado bajas o exposiciones incorrectas al sol pueden hacer que la planta decaiga rápidamente. Follaje amarillento y débil, cogollos cerrados y flores que se marchitan en poco tiempo son inconvenientes evitables si conoces bien las necesidades del hibisco, de por sí muy resistente a las variaciones climáticas. La planta también puede ser el objetivo de los ácaros y las plagas de insectos que roban el alimento y llevan lentamente al espécimen a ser consumido. En estos casos es recomendable intentar eliminar los parásitos con el uso de algodón y alcohol, cortar las hojas muertas o amarillentas y solo en caso de resultados insatisfactorios comprar pesticidas específicos.

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