Dando la bienvenida a los amigos del jardinero

La biodiversidad de un jardín es su riqueza. Unos pocos gestos simples son suficientes para alentar el establecimiento de una vida silvestre amigable en el jardín. Crear un estanque, crear un jardín de rocas, plantar especies de plantas trepadoras…

En el clan de la vida silvestre, muchas especies son amigas del jardín. Insectos y larvas que comen ranas o lagartos, abejas y otros insectos forrajeros y polinizadores, caracoles y babosas que devoran pájaros y erizos, lombrices de tierra que aran, búhos y lechuzas que cazan ratones de campo… ¡la lista de los amigos salvajes del jardín es larga!

Para acoger a todos estos pequeños en buenas condiciones en el jardín, es esencial adoptar algunos gestos sencillos. La primera, por supuesto, es desterrar los insecticidas y fertilizantes químicos de su jardín. ¡Esto no hace falta decirlo!

Otras acciones que promueven la biodiversidad son las prácticas agrícolas más naturales o la aplicación de servicios específicos. Por ejemplo, para permitir que los forrajeros vengan y se establezcan en el jardín, el mejor reflejo es dedicarles unas cuantas islas salvajes. Estas islas pueden ser, por ejemplo, un césped transformado en un prado natural o una rocalla equipada con plantas de polen.

Las aves necesitan un refugio para anidar, pero también una «despensa» para los insectos de todo tipo. Un seto puede ser de gran ayuda para un pájaro que anida. Un árbol de buena estatura también puede albergar cajas nido de madera o cavidades naturales en sus troncos para acomodar a los cazadores nocturnos como los búhos y lechuzas. En cuanto a la comida, una planta trepadora como la hiedra o la enredadera de Virginia, un seto de laurel y un abrevadero proporcionarán cobertura a las aves.

Los erizos, grandes caracoles y babosas, serán huéspedes regulares en el jardín si encuentran una pila de madera o una cueva de piedra para esconderse durante el día.

Para favorecer la recepción de las lombrices de tierra, que son los verdaderos aradores del suelo, pero también de diversos microorganismos, es mejor cubrir las plantaciones con mantillo para mantenerlas frescas y húmedas.

Al desarrollar un punto de agua, la biodiversidad será aún más agradecida ya que el agua se convierte en un verdadero punto de encuentro para muchas especies: ranas, libélulas, aves de caza…

Un lecho de ortigas generalmente completa el jardín ideal ya que es el hogar de muchas mariposas e insectos. Las ortigas a menudo se dejan en un rincón del páramo al fondo del jardín para evitar los inconvenientes de sus quemaduras.

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